Tal y como se señalaba en el anterior post resulta de gran importancia la elección del tipo de protección de la madera frente a agentes bióticos, sobre todo si durante su vida de servicio es probable que sufra ataques por ellos, lo cual es función principalmente del grado de humedad que llegue a alcanzar durante la misma (clase de uso)
Afortunadamente la normativa es clara en ese aspecto, y el DB-SE-M del Código Técnico de la Edificación fija en su tabla 3.1 el tipo de protección adecuado a cada clase de uso.
Sin embargo hay una anotación que suele pasar desapercibida, y que puede resultar de gran relevancia, y es que las maderas no durables naturalmente, utilizadas en clase de uso 3, deberán ser maderas impregnables (clase 1 de la norma UNE-EN 350-2).
Dicha norma, establece que una de las maderas de uso más amplio en la construcción, el abeto rojo o pinabeto (Picea abies), posee una impregnabilidad de clase 3-4 en su duramen y de clase 3v en su albura.
Eso significa que dicha madera es de Poco impregnable (Difícil de impregnar. Después de 3 h a 4h de tratamiento bajo presión se alcanzan sólo penetraciones de 3 mm a 6 mm) a No impregnable (Prácticamente imposible de impregnar. Después de 3 h a 4 h de tratamiento bajo presión sólo se absorben pequeñas cantidades de producto. Penetraciones longitudinales y laterales mínimas).
En ocasiones, llevado por un criterio de prudencia mal entendida o por un asesoramiento malintencionado, el prescriptor establece un tratamiento llamado “en autoclave” o “en profundidad” para elementos de madera de abeto, independientemente de su clase de uso.
Dicho tratamiento sólo contribuye a encarecer el precio de dichos elementos, no aportándole ninguna protección adicional ni aumentando su durabilidad natural, además de introducir sustancias biocidas inútilmente en zonas que pueden ser de uso doméstico o colectivo.
En todo caso, está contraviniendo específicamente el Código Técnico, que en el apartado 3.2.3 Durabilidad natural e impregnabilidad, del citado DB-SE-M dice: Cada especie y zona (albura o duramen) tiene también asociada una impregnabilidad, es decir, una cierta capacidad de ser impregnada con mayor o menor profundidad. En caso de que se especifique la especie y zona debe comprobarse que el tratamiento prescrito al elemento es compatible con su impregnabilidad.
La recomendación de este blog es que el dinero que se iba a destinar a un tratamiento inútil, se destine a mejorar el diseño de detalle dado que, tal y como también indica el Código Técnico:
El mejor protector frente a los agentes meteorológicos es el diseño constructivo.
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