Es conocida la anécdota que circula por internet, contando que durante la carrera espacial ocurrida durante la guerra fría, EE.UU. hizo un esfuerzo ingente en recursos científicos y económicos para poder desarrollar un bolígrafo que funcionase en gravedad cero, mientras en la URSS utilizaban lápices, de madera claro.
La anécdota sirve para ilustrar el principio de que la solución más sencilla es probablemente la correcta, y me atrevo a añadir que en tiempos de crisis económica y ambiental es sin duda la más correcta.
El mismo razonamiento es aplicable a los problemas que se plantean en edificación, para los cuales siempre hay más de una solución. En este país se ha hecho un esfuerzo ingente, equiparable al del bolígrafo tecnológico de la anécdota anterior, para forzar la utilización de hormigón en la construcción. La realidad es que ,en gran cantidad de ocasiones, la solución más sencilla y por tanto la más correcta, es la utilización de la madera.
Si necesitamos un elemento que trabaje bien tanto a tracción como a compresión, y por tanto bien a flexión, podemos usar hormigón armado interiormente por barras de acero corrugado o sencillamente podemos utilizar madera.
Si tenemos incertidumbre sobre la resistencia de un elemento estructural podemos establecer un complejo protocolo de extracción de probetas y ensayos y estudiar en laboratorio su evolución el tiempo o…podemos utilizar madera.
Si estamos en una zona de bajas temperaturas o con probabilidad de heladas podemos trabajar con un avanzado sistema de predicción meteorológica y añadir complejos compuestos químicos tras un sesudo estudio o, podemos usar madera.
Si queremos hacer una obra sin pensar en la distancia a la que se encuentra, podemos establecer una red de plantas de fabricación de hormigón y utilizar complejos camiones hormigonera, añadiendo retardantes para retrasar el fraguado del hormigón o, utilizar madera.
Si se quiere hacer un adecuado control de obra, podemos programar una serie de visitas programadas al minuto, chequeando disposición de armaduras, separadores, tiempos de vertido, vibrado…..o podemos ir en cualquier momento y ver la madera.
Si se quiere una estructura con una determinada resistencia y sin deformaciones iniciales se puede apuntalar provisionalmente dicha estructura, para al cabo del tiempo desmontar todo el apuntalamiento, o utilizar madera desde un principio.
Si se requiere una alta estabilidad en caso de incendio se pueden estudiar detalladamente los recubrimientos de hormigón, haciendo un exquisito control de obra, o podemos usar madera.
Si existe una atmósfera salina, corrosiva o hay algún compuesto químico que genere reacciones que puedan alterar los materiales, podemos recurrir de nuevo a aditivos químicos complejos y armar el hormigón con fibras sintéticas en lugar de acero, o sencillamente utilizar madera.
Si queremos que nuestro edificio sea sostenible podemos establecer farragosos procedimientos de reciclado de áridos con una alta energía de transformación, o simplemente usar madera.
Si el terreno no reúne unas condiciones óptimas y es necesaria una estructura con gran capacidad portante en relación a su peso; si se quiere garantizar una gran durabilidad de la estructura, sin tener que chequear al cabo de los años la resistencia remanente; si se quieren evitar los puentes térmicos; si se quiere construir con un bajo consumo de agua, si se requiere un proceso de construcción de bajo impacto acústico; si no se quiere esperar 20 años a que nuestro edificio esté definitivamente seco y curado; si se quiere aumentar la seguridad laboral en la construcción… lo más sencillo, y lo más correcto es utilizar madera.
2 comentarios:
Wood Rulez
http://www.ipchile.cl/carreras/tecnico-en-construccion/
Excelente todo, las fotos, lo publicado. Todo muy claro y gráfico. La madera es un material tan noble y de tan sencilla utilización, que siempre es una buena elección.
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