Extracto del artículo del mismo título, cuyo autor es Eduardo García, Ingeniero de Montes de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), publicado en la revista navarra forestal de la Asociación Forestal Navarra FORESNA.
Otro factor que, a menudo el comprador no tiene presente a la hora de decantarse por un o u otro producto, es el origen local de las materias primas. En un mercado tan globalizado como el nuestro podemos estar consumiendo sin percartarnos espárragos chinos, peras chilenas o maderas tropicales, sin parar a pensar en la cantidad de energía consumida y emisiones contaminantes que genera el transporte de dichas materias primas desde su lugar de origen en otros continentes hasta nuestro hogar. Y es más hiriente todavía sabiendo que espárragos, peras y madera (por poner un vulgar ejemplo) son capaces de producirse en nuestro país con mayor calidad.
Dejando a un lado el proteccionismo o el desarrollo rural que conlleva consumir productos locales, es importante que grabemos en nuestra memoria el consumo de productos de origen local como una premisa dentro de las compras verdes.
A continuación expongo un ejemplo de una compra cotidiana en el que podemos observar varios aspectos que marcan la diferencia entre una compra verde y una compra poco responsable, ecológicamente hablando.
Supongamos que queremos adquirir una mesa, y al llegar a la tienda nos gustan dos tipos muy diferentes, la primera es una mesa de aluminio importada y la segunda una mesa de madera realizada en nuestra comarca, ambas con precios similares. Lo habitual sería adquirir la que más nos guste, lo cual es algo normal y cotidiano, pero debemos procurar implementar un hábito en el que al sopesar cuál adquirir también tengamos en cuenta el impacto de fabricar y desechar cada una de esas mesas. El comprador es el único que tiene en su mano tomar la decisión final y puede hacerlo más fácilmente si pregunta la procedencia y los pasos de producción de cada una de las mesas.
El aluminio usado, posiblemente ha sido extraído de una cantera en Venezuela, lo que causó un importante impacto ambiental y coste energético, fue enviado en barco hasta una fábrica en China, donde con un gran coste en agua, energía y emisiones a la atmósfera se manufactura de forma industrial. Es embalado y transportado al puerto de Shanghai y de allí hasta un puerto de la Península Ibérica, donde una distribuidora lo llevó hasta el comercio.
Este producto, fabricado bajo normativas que no velan por el cuidado al medioambiente como las que rigen en Europa, ha generado impactos ambientales, residuos y consumos de agua y energía en los numerosos pasos que marcan su producción y transporte, y finalmente, ya que no es biodegradable, cuando finalice su vida útil será arrojado a un vertedero o requerirá de una logística y gran consumo de energía para su reciclado.
Sin embargo, la madera de la que proviene nuestra mesa ha sido aprovechada de forma sostenible en un monte navarro, los trabajos selvícolas derivados del aprovechamiento de la madera han mejorado el estado de la masa forestal, dentro de un plan de gestión sostenible asegurando la regeneración, lo que aumenta el crecimiento de los árboles y la fijación de CO2 atmosférico, volviendo a completar el ciclo como la materia renovable que es. La empresa maderera local aprovecha el recurso con una huella ecológica mucho menor que las explotaciones mineras y la madera es transportada a un aserradero cercano en el que se procesa mediante aserrado y carpintería con mucho menor consumo energético. Es incluso posible que el aserradero se abastezca energéticamente mediante pequeñas calderas o generadores eléctricos de biomasa, proveniente de los restos de la misma madera que manufacturan.
A lo largo de toda la cadena de producción se ha propiciado el empleo local, y se ha consumido una cantidad mucho menor de energía y agua. Además la mesa de madera fijará el CO2 durante su vida útil, y cuando llegue el momento, si no es reutilizada como leña, no habrá ningún problema en su eliminación, al ser obviamente natural y biodegradable.
Y sin embargo, ambas mesas darán el mismo servicio a su dueño….
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