Arquitectura Efímera con Madera Laminada

En el marco de un concurso convocado por el Ministerio de Fomento, cinco equipos de jóvenes arquitectos suizos presentaron sus proyectos para un pabellón temporal de exposiciones. El proyecto ganador, perteneciente al estudio de arquitectura de Lausana 2b Architectes, representó a Suiza con motivo de la celebración en Madrid de la exposición de arte contemporáneo ARCO y durante los diez meses siguientes.

Pasado ese periodo de tiempo, el pabellón fue desmontado ratificando su pertenencia a la arquitectura efímera helvética.

Emplazado en el patio norte del Centro Cultural Conde Duque, en el centro de Madrid, el proyecto convenció al jurado hispano-suizo por su fuerte simbolismo. Con forma de cruz helvética semitransparente de color blanco y rodeada de una malla roja tendida entre las cajas y las fachadas del patio, que dan continuidad a esa tonalidad, las referencias son evidentes. Además constituye una variación sobre el tema de la swissbox o caja suiza.

Salvo que en este caso, la sencillez geométrica esconde un alarde estructural, dado que se trata de dos cajas de 31 metros de lado, superpuestas pero traspuestas la una respecto de la otra, con lo que la superior vuela 11 metros a cada lado respecto de la inferior. El material proyectado para la estructura fue la madera laminada, debido a sus cualidades estructurales y de bajo peso. Además se remite a un modo de construcción, a un saber hacer inscrito en la historia de la arquitectura suiza.

En este caso existían unas fuertes restricciones que condicionaban el estudio, planificación, fabricación y montaje de dicha estructura. En primer lugar el plazo (dos meses entre la adjudicación de la estructura y la inauguración del pabellón, con el periodo navideño de por medio), en segundo lugar el emplazamiento de la estructura en el patio norte del Cuartel Conde Duque imponía varias limitaciones: Todo el material debía llevarse a obra a través de una puerta de 1,80 m de ancho; la carga máxima sobre el forjado de dicho patio es de 300 Kg/m2 lo cual limitaba el uso de maquinaria de elevación en el interior, extremo éste que afecta al diseño constructivo de la estructura; lo céntrico del Cuartel impedía la instalación de una grúa en el exterior, obteniéndose permiso solamente para una grúa autoportante los fines de semana; también había que adaptar la estructura a la modulación de los pilares bajo el forjado del patio; y por último había que tener en cuenta la desmontabilidad de la estructura.

Todas estas limitaciones fueron superadas mediante un cuidadoso estudio técnico en el que se desarrolló un sistema de uniones de grandes prestaciones (los cordones de la celosía llegan a aguantar esfuerzos axiles de 50 toneladas) y con facilidad de montaje in situ, lo que posibilitó llevar todos los materiales (madera, herrajes de unión), tallados a obra con la máxima precisión (control numérico), permitiendo su ensamblaje en el suelo del patio. Se concibió la estructura de manera que mediante las celosías principales y los pilares se constituyeran dos pórticos principales, autoestables en un sentido y estabilizados por sendas triangulaciones en el nivel inferior en el otro, de manera que una vez ensamblados estos elementos se izaron de un solo golpe un fin de semana. Esta maniobra requirió de gran precisión en su ejecución, así como de un estudio detallado del comportamiento de la celosía en esta fase, dado que se hace trabajar a la estructura de manera opuesta a la que lo hará una vez en servicio. Así, no fue necesaria la terminación de la caja inferior para trabajar sobre la superior, lo cual adelantó la entrada del resto de gremios, también muy condicionados por lo corto de los plazos.

A continuación se procedió a completar la estructura con las triangulaciones laterales, en vuelo, y los forjados intermedio y de cubierta. Estos forjados fueron constituidos por vigas mixtas con los cordones superior e inferior de madera y alma de chapa de acero ondulada, dispuestas en continuidad. Sobre este entramado de vigas se dispuso un tablero contrachapado al tresbolillo en el forjado intermedio, que garantiza su funcionamiento como diafragma arriostrante de la estructura en el plano horizontal, y un arriostramiento con fleje en el de cubierta, que acorta la longitud de pandeo de los pilares y hace que la estructura trabaje verdaderamente en caja, es decir como un poliedro estabilizado por la rigidez de sus caras.

Los materiales elegidos para los cerramientos y carpinterías son policarbonatos translucidos para las fachadas y paneles OSB y DM pintados de blanco para los interiores.

La estructura presente el efecto buscado quedando toda la estructura de madera oculta por los distintos cerramientos, sólo siendo vislumbrable a través de los translúcidos cerramientos en los momentos de mayor luminosidad del día.

Fotografías: L.A.Lapique, 2b, Oscar Landa y J.L. Fernández Cabo