Además, las grandes propiedades mecánicas de la madera, en relación a su peso, facilitaron la resolución de una estructura técnicamente atrevida.
Se trata de un observatorio de aves en el Ebro, de cuyo proyecto es autor el arquitecto D Manuel Fonseca Gallego, con la ingeniería de D José Ramón Negueruela.
La estructura vuela once metros sobre el río, teniendo una compensación de cuatro metros. Está anclada a la cimentación, resuelta por medio de micropilotes, a través de apoyos articulados.
Está envuelta por un vendaje de madera, simulando ser un nido de algún quimérico animal. De esta manera queda integrada en el entorno a la par que permite el acercamiento de los usuarios de manera semioculta, pudiendo ver sin ser vistos.
Fue ensamblada a pie de su emplazamiento, siendo puesta después en su ubicación definitiva mediante el empleo de una grúa autoportante de gran tonelaje.
Magnífico reportaje Diego.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Manuel Fonseca.
¡Gracias!
ResponderEliminar¡A por la próxima!